La segunda práctica trata sobre el tratamiento de imágenes a partir del programa de edición "GIMP". El objetivo de esta práctica es comprender mediante la práctica los conceptos básicos de digitalización y la diferencia entre formatos de comprensión y sin compresión.
1. Comenzaremos creando una imagen nueva en GIMP con una resolución 2000x1000. La guardaremos en .bmp de 24bits de profundidad de color con nombre "imagenblanca.bmp". Matemáticamente, tras realizar una fórmula dada previamente en clase para averiguar el peso aproximado de una imagen dentro del disco duro, la imagen debería pesar 5'72 MB. Tras observar las propiedades de la imagen podemos advertir que esta pesa 6 MB. Por esa razón, de la misma forma que no pesan lo mismo en Megabytes, tampoco lo hacen en Kilobytes.
2. Después, guardaremos la misma imagen en formato .jpg, aceptando las opciones por omisión y observaremos de nuevo sus propiedades. Esta pesa 24 KB, lo que difiere mucho de la imagen guardada previamente en formato .bmp (6 MB). El hecho de que exista tanta diferencia entre los pesos de ambos archivos se debe a que el formato .jpg es un formato de comprensión en el cual se pierde información y el formato .bmp no lo es.
3. A continuación, utilizaré una imagen propia en formato .jpg. Analizando su resolución con el GIMP, este nos muestra que es de 240x240 ppp. Su peso es de 15'1 MB, por lo que pasándolo a KB serán 15094769 KB exactamente. Después de abrirla con el GIMP y guardarla también en formato .tiff sin ningún tipo de compresión podemos observar que esta nueva imagen pesa 53'7 MB, es decir, mucho más que la imagen en formato .jpg. Esto se debe a que hemos seleccionado sin compresión por lo que no se ha perdido información y se han creado etiquetas que permiten almacenar la información de diferentes características de la imagen como su dimensión, la cantidad de colores utilizados...etc.
4. Posteriormente, guardaremos la misma imagen también como formato .tiff, esta vez añadiéndole algún método de comprensión. En mi caso, he elegido el método LZW y, tras guardarlo, he podido comprobar que su peso era de 37'3 MB, es decir, 16'5 MB menos que lo que pesaba la imagen en formato .tiff sin ningún tipo de compresión.
LZW: 37'3 MB
Pack de bits: 54'1 MB
Desinflar: 32'5 MB
JPEG: 7 MB
Tras utilizar los demás métodos de compresión, llegamos a la conclusión de que el método de compresión que más comprime la imagen es el JPEG.
5. De nuevo vamos al archivo .tiff original y cambiamos su profundidad de color a 8bits (256 colores). Tras hacerlo no observamos ningún cambio notorio puesto que la imagen ya venía en 8bits de profundidad de color.
Cambiamos, otra vez, la profundidad de color. Esta vez lo haremos a 4bits (16 colores). Esta vez, la imagen ha perdido mucha calidad. Como se puede advertir el arco iris ha desparecido y las texturas se asemejan a las de un dibujo o un cuadro.
Una vez más cambiaremos la profundidad de color; esta vez, a 1bit de profunidad (paleta blanco/negro 1 bit).
La disminución de la calidad de la imagen debido a la variación de profundidad de color es inevitablemente apreciable. Sin embargo, aunque las imágenes hayan disminuido en calidad no lo ha hecho su resolución ya que únicamente hemos cambiado la profundidad de color, no su tamaño. Por esa razón, las imágenes tienen la misma resolución.
Ejercicios resolución y profundidad de color.
6. Elegimos dos dispositivos electrónicos diferentes:
-iMac 21'5 pulgadas. Cuya resolución es 1920x1080 px.
-iPhone 5. Cuya resolución es 1136x640 px.
Escogemos escala de grises para la imagen redimensionada para iMac y RGB para la imagen para iPhone.
Peso de la imagen 1136x640 RGB: 148 KB.
Peso de la imagen 1920x1080 en escala de grises: 272 KB.
7. Al modificar la resolución de la imagen, cambiando el ancho a 100 px conservando la proporción, la imagen ha disminuido tanto su tamaño que vista desde la pantalla del ordenador es casi imperceptible.
8. A continuación editaremos el ancho de la imagen a 2000 px conservando la proporción. Guardamos el fichero y observamos su peso: 480 KB, 483 KB en el disco. Su peso no solo no ha crecido si no que ha disminuido. Esto se debe a que la imagen en su origen tiene una resolución de 5184 px de ancho. Al utilizar el zoom la imagen no ha perdido calidad. En conclusión, la imagen modificada se ve igual al utilizar el zoom que la original y no ocupa más espacio en el disco que la original.
9. Por último, cambiaremos la profundidad de color de la imagen a escala de grises. Intentaremos, de nuevo, devolverlo a RGB, sin éxito. Esto se debe a que al realizar el primer cambio a escala de grises, el programa pierde la información de color de la imagen por lo que es imposible volver a recuperarla en la misma sesión.
Ejercicios tratamiento básico
1. Partiendo de la imagen ntsi.jpg, cambiamos los tonos medios, las sombras y los puntos de luz; maximizando el verde, utilizando la herramienta balance de color del programa GIMP.
2. A continuación, utilizaremos la galería de filtros y aplicaremos el filtro artístico "cubismo" a la imagen.
3. En la misma imagen podemos apreciar la existencia de una sola capa. Tras añadirle una capa de texto con mi nombre en la primera línea y "ntsi" en la segunda, podemos advertir que ahora existen dos capas diferentes. Al hacer click en el ojo que encontramos al lado de la capa de texto, este desaparece, mostrando así que la capa es de fondo transparente.
4. Tras haber guardado la imagen primero en formato de GIMP (GIMP XCF Image) y después en jpg, abrimos el jpg en GIMP. Podemos apreciar que las capas de imagen y texto se han combinado y solo aparece una única capa. Por esa razón, ambas capas se convierten en una sola imagen y el texto que nosotros añadimos ahora forma parte de los píxeles de la nueva imagen.